#MeasurementMonth ¿Qué retos para la medición de la comunicación en 2024?
El paisaje mediático actual es un océano tumultuoso, donde navegan multitud de mensajes que luchan por captar la atención del público. La clave para destacar e influir decisivamente en este entorno es la relevancia, y para alcanzarla, los departamentos de comunicación deben movilizar recursos, tiempo y talento. Su misión: generar contenidos de calidad que atrapen la mirada del lector o usuario en este frenesí digital. El objetivo no es que vean el contenido sino que se detengan en él.
Y es que los departamentos de comunicación ponen a disposición recursos, tiempo y talento en crear contenidos de calidad completos y atractivos. Queremos aumentar la atención y el tiempo que la audiencia le dedica a cada uno de los contenidos. A los más anecdóticos y a los más extensos. Para ello, el objetivo es ser relevantes en una agenda mediática repleta de puntos de atracción y que cambia cuando no semana a semana, día a día. Cuanto más alineados estemos con los puntos candentes sin desatender los temas propios de negocio, podremos incidir, impactar y atraer más la escasísima capacidad de atención del lector de prensa o usuario de redes sociales.
Aunque es tentador subirse al carro de los temas de moda, no siempre se alinean con los objetivos de negocio. La habilidad está en identificar las intersecciones entre lo que es popular y lo que es prioritario, y capitalizar esos momentos para maximizar el impacto.
Cuanto más alineados estemos con los puntos candentes sin desatender los temas propios de negocio, podremos incidir, impactar y atraer más la escasísima capacidad de atención del lector de prensa o usuario de redes sociales.
Conectar con el pulso ciudadano implica ir más allá de las métricas superficiales. Significa entender los miedos, esperanzas y aspiraciones del público. Al hacerlo, podemos identificar temas que, aunque no estén en el foco mediático, son esenciales para nuestra audiencia y, por lo tanto, deben ser abordados. En este sentido, los datos públicos son una mina de oro aún sin explotar en su totalidad en el mundo de la comunicación. Estas vastas fuentes de información, cuando se procesan y analizan correctamente, ofrecen una visión única del estado de ánimo y las preocupaciones de la sociedad además de dotar al equipo con la información directa a la que suelen tener acceso otros departamentos en el seno de una misma organización.
Contar con herramientas de monitoreo que no se ciñan a nuestros temas de predilección y estén diseñadas para poder medir la importancia y recurrencia de los temas prioritarios y los principales actores que los acompañan es de vital importancia.
Desde esta perspectiva, integrar las fuentes de datos que ofrece constantemente el INE, el CIS o Eurostat deberá ser cada día más un elemento fundamental para la toma de decisiones. En consecuencia, es crucial invertir en herramientas y talento que puedan transformar estos datos en insights accionables. Para hacer esto realidad, hay que entender que la diversidad en un equipo de comunicación no es un lujo, sino una necesidad. La combinación de habilidades y perspectivas de profesionales como politólogos, periodistas y sociólogos permite una visión más completa y rica. Estos expertos, con su formación y experiencia, pueden identificar tendencias y oportunidades que de otro modo pasarían desapercibidas sacando todo el potencial de los datos de los que disponen.
En conclusión, la comunicación efectiva en la era digital no es una tarea sencilla. Exige una mezcla de datos provenientes de muchas fuentes de información diferentes, conocimiento de las mismas, intuición, adaptabilidad y, en definitiva, una profunda comprensión del contexto en el que operamos. Con estos ingredientes que hemos expuesto las organizaciones pueden esperar no solo sobrevivir sino prosperar en este entorno mediático altamente competitivo que ha venido para quedarse.