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La noticia sorprendió a muchos, pues el legislador oriundo del estado de Colima no cuenta con una carrera que lo respalde para liderar una bancada compuesta por auténticos «pesos pesados» del panismo.

Minutos después del anuncio, en las redes sociales comenzó a circular una serie de videos de la Fundación «Para Servir a Usted», donde aparece el senador Preciado -corbata desajustada en tono desenfadado- ofreciendo asesoría jurídica gratuita, ello precedido por audios de famosos clips chuscos («Me amarraron como puerco», «Yo no choqué, me chocaron», «Tengo miedo») y con la música de fondo «Eye of the tiger», tema principal las películas de Rocky Balboa. (http://www.youtube.com/watch?v=EOvlSIwpIv4)

Mientras el nuevo coordinador de la bancada comenzó a ser objeto de burla, simpatizantes y miembros del PAN expresaron dudas sobre su liderazgo, a tal grado que el Senador decidió retirar sus vídeos de Youtube. El resultado: se generó mayor interés, los portales de noticias subieron nuevamente los contenidos y más gente observó al recién nombrado líder en una situación bochornosa.

La realidad es que los spots políticos, a pesar de que persiguen fines distintos a los de vender un producto, compiten mediáticamente contra mensajes publicitarios en radio y televisión con presupuestos millonarios, pero también contra los ingeniosos vídeos caseros que se colocan en internet. La tarea del consultor es doble, pues además la gente rechaza lo político, a los políticos y sus prácticas.

Para que un spot político seduzca a los electores debe ser sencillo, breve, ágil y recordable. El humor contiene estas características y las potencia; sin embargo, no resulta sencillo plasmar un mensaje político en un spot a través de él. El reto en el ámbito de la comunicación es, además de buscar el voto, no perder de vista la responsabilidad que conlleva la política, la reputación y la figura del candidato.

Un ejemplo de humor sin ridiculización y con mensaje político es la serie de spots del entonces gobernador de Nuevo México y aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos, Bill Richardson (plagiado por Antonio Basagoiti: http://www.youtube.com/watch?v=dNYaOwBBVYw). En ellos se presentan las cualidades y logros del candidato en una simulada entrevista de trabajo. Simpáticos, sencillos y creativos, los spots colocaron a Richardson en la carrera por la Casa Blanca. (http://www.youtube.com/watch?v=tjOuL5qwNIc)

Cuatro años más tarde, en uno de los debates durante la campaña de 2012, Mitt Romney criticó el subsidio otorgado a la PBS, creadora de la serie Plaza Sésamo. Inteligentemente y con un sutil sentido del humor, la campaña de Barack Obama reaccionó lanzando un spot donde cuestionó la capacidad del republicano de entender y analizar los verdaderos problemas del país y señalar a los culpables de la crisis económica. (http://www.youtube.com/watch?v=ttGG9KdUwM8)

Algunos asesores creen que vulgarizar a los candidatos es la forma correcta de llamar la atención y ganar una elección. En realidad, lo llamativo y lo novedoso no está peleado con la política, y es tarea del consultor, apoyado por estudios serios de opinión, el saber distinguir la delgada línea entre lo sensato y lo ridículo, que si bien podría generar ruido e interés en un primer momento, después puede convertirse en un lastre, como le ocurrió al senador Preciado. El humor en la política es, sin duda, un arma de doble filo.

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